RADIO PROPIA
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La sobremesa hecha radio
Hace décadas ya, quizás más de medio siglo, que venimos escuchando la sanata de que tenemos un país y un pueblo lleno de potencialidades pero que nunca llega a la meta. Siempre falta algo. Pareciera como si fuerzas misteriosas se organizaran de tal manera de arrebatarnos el éxito certero, el triunfo inexorable, la felicidad insoslayable. Pero eso nunca llega, siempre nos faltan “cinco para el peso”. Así es que pasamos de la euforia incontenible a la desilusión aún más incontenible que sólo encuentra sus límites en auto - justificaciones, en el fatalismo y en el peor de los casos en los cruces de culpas puntuales que deslindan responsabilidades pero que no resuelven ningún problema. Resultamos ser implacables, como corresponde, con los artífices de las derrotas, conformándonos con ver rodar sus cabezas en la mediática plaza pública, desoyendo las campanas que también doblan por nosotros mismos.
Es sabido que el juego o la actividad lúdica es un aspecto que caracteriza a una entidad cultural, en este caso una nación. Tan sólo en el 2008, en dos deportes, el fútbol y el tenis, supuestamente teníamos todo, pero se nos fue de las manos. Lo más reciente, la Copa Davis de tenis, donde lo que más se discutió públicamente en la previa, fue la sede, las entradas, las ganancias. De todo, menos de tenis.
En la política, que de todos los quehaceres es el más ligado al ser nacional, quedamos enroscados en una disputa sobre la distribución de las ganancias que daban e iban a dar los productos agropecuarios, la soja principalmente, para encontrarnos un par de meses después con que el milagroso “yuyo”, junto con el resto de las materias primas, está bajando de precio en la peor crisis económica internacional desde 1929. Los fracasos de cada generación dirigencial se justifican anticipadamente con la supuesta herencia maldita de la generación anterior, vanagloriándose de no tener la paja en el ojo que tenía aquélla y a simple vista observamos la viga que tienen en el ojo propio.
Hasta en la vida cotidiana siempre queda algo sin terminar. Las cosas se hacen a un cuarto, a medias o a tres cuartos, pero nunca quedan terminadas. En el mejor de los casos se tarda y se gasta el cuádruple de lo que se tenía previsto. Basta recorrer las calles para observarlo. Poco a poco nos vamos acostumbrando a convivir con lo que solía llamarse un “país bananero”.
Cuando todas las condiciones están dadas para el cumplimiento de los objetivos o metas y éstas no se alcanzan lo que se suele decir, -no se está a la altura de las circunstancias-.
Hay quienes creen que Dios es argentino, porque a pesar de nosotros mismos, nos sigue favoreciendo. Pero el destino es cruel con quienes no saben reconocerlo. La historia nos habla hasta el hartazgo de naciones “enanas” que han desaparecido. Tenemos la suerte de que aún podemos vivir de la altura moral de quienes hasta poco más de la mitad del Siglo XX se hicieron cargo de la herencia de nuestros padres de la Independencia.
Tal vez debamos desempolvar algunos libros, o dialogar con la generación viva más antigua para saber, comprender y asumir que no siempre fuimos así. Que quizás no somos así, que en el trasfondo de todo lo que nos sucede hay una lucha que busca encontrarse con lo que fuimos, con lo mejor de lo que somos y con lo que debemos hacer. Una lucha por el reencuentro con nuestra auténtica cultura, con nuestra verdadera altura.
Creemos que en nuestro país aún hay una “mayoría fiel” abriéndose paso. Quizás un tanto dispersa, como pequeños arroyos hasta reencontrar aquél cauce común que desemboque, una vez más, en el torrente de la historia.
Mario Renna (24 años Estudiante de Ciencias de
Yo creo que la libertad está en las pequeñas acciones que hacemos día a día. Creo que la libertad debería dejar de ser un abstracto a conseguir para pasar a ser una práctica puesta en marcha diariamente. Creo que estudiando, laburando, tomándome tiempo para tomar mate con mis amigos, saliendo a caminar cuando necesito pensar, rezando si algún día estoy triste y lo necesito. En esas pequeñas acciones uno ejercita la libertad. Soy libre cuando me hago cargo de mis gustos, cuando no sobredimensiono la palabra ajena, cuando jugando con mi sobrino me permito volver a ser chico cuando con respeto me permito la disidencia y digo mis opiniones. En esos momentos cotidianos, creo que soy libre, cuando voy a dormir y tengo la conciencia en paz.
No sé si conquistamos nuestra libertad, la llevamos a veces como mochila sin saber que está allí. En estos tiempos de letargo que nos tocó vivir creo que la libertad que tenemos es la que merecemos y la que nos dejaron otras generaciones. Hoy, muchas personas no votan porque piensan que su obligatoriedad es un recorte de su libertad, y no pueden ver la contracara de poder participar en una decisión que modifica su vida en los próximos años. Esto como pequeño ejemplo de cómo podemos ejercerla.
Libertad me remite a un plano individual. Creo que Liberación nos permite hablar de un Conjunto. Justo estaba trabajando, para
Esta situación nos hace sentir que estamos metidos en
Libertad para mí es que mi Hijo Yoel esté bien. Que todos mis seres queridos estén bien de Salud es fundamental. Tener Salud, para hacer cosas me da Libertad.
Tiene que ver con los Compromisos que uno asume diariamente. En el Trabajo, no se puede optar. El resto de las cosas con la que te rodeás, uno las va eligiendo. Ahí está
...o como dejar de ser un poco menos esclavo ¿? Cuando llego a casa por la noche, me desato las zapatillas y me acuesto en la cama creo que conquisto la verdadera libertad!
Cuando libero la cabeza de compromisos, responsabilidades o alguna que otra presión o problema... me siento libre.
Yolanda Bernat (Club de oyentes / Munro):
Los que tienen cuarenta... criados con miedo o inconsciencia con familia bien constituída pero con vendas en los ojos, hoy recuerdan el ayer con asombro o con añoranza.
Los que tienen treinta, hijos de la democracia, pululan entre el compromiso y el desconcierto. Los primeros niños de padres separados que pudieron ver como los abuelos y los padres se tornaban en "pares" mutando la relación asimétrica.
Los de veinte, jóvenes de hoy... se debaten entre el individualismo y la solidaridad, hijos de familias ensambladas con mucha multimedia encima, tienen ganas y fuerza pero no contención.
Los de diez... a ellos les debemos el mundo... y no sabemos mirarlos, los padres se creen amigos o hijos de sus hijos, se mezcla la responsabilidad de criarse solo con la fantasía de la play station donde todo se puede sin límites.
Interpreté a "nuestra" generación como abanico, espero les sirva.
Saludos, Yoly.
pd: conmemoren al voto femenino esta semana... si mal no recuerdo.
Melina Abeid (Amiga de
Después de los ‘90, creo que heredamos los vicios a nivel micro: individualismo, egoísmo. Habría que ver nuestra Generación cómo los puede afrontar y que nuestros hijos puedan decir que heredaron un Mundo algo mejor que el de sus padres.
A mi parecer, nuestra generación heredó de la anterior la fuerza para luchar por lo que uno quiere. Creo que la historia y su gente nos demuestra hoy que tenemos la posibilidad de pelear por lo que queremos y no tenemos q desaprovecharlo, que es lo más importante.
¿Yo entro dentro de esta consigna? Según como se vea, sí. Estoy dentro de esta generación del nuevo milenio, estuve en el siglo XX y heredé cosas que también pertenecían al XIX. Dichosos los que nacimos por la década del 50, en ese sentido. Vivimos tres siglos diferentes a través de conectarnos con nuestros abuelos, algunos nacidos fines del XIX, nosotros de la mitad del XX, o sea, dentro y saliendo y ustedes que son más del XXI que del XX. Luego de esta introducción y reflexión, bueno, me siento de esta generación. ¿Qué heredé de las anteriores? La educación, el respeto, los valores, que todo eso
Significa nada más ni nada menos que tener en cuenta al otro. El amor a las artes, todas. El mate y la sublimidad de la amistad. Las pastas y el asado, la empanada gallega y los mariscos. La honra al vino. ¿Por qué? Porque soy una mezcla de penínsulas que se juntaron aquí para formar este producto. Besos.
Heredamos
Heredamos
Los que tuvimos la suerte de tener Abuelos y que nos cuenten su Historia, pudimos tenerlo en cuenta para nuestras vidas. Noto que
Lo que se hereda de las generaciones anteriores es el carácter…algo que no se puede cambiar mucho a pesar de los grandes esfuerzos que uno haga.
Vas a heredar la forma que tuvieron tus padres de cómo criar a tus hijos, agregándoles tus ingredientes para evitar los que uno creen fueron errores cometidos.
También herede de mi mama y de mi abuela, alguna receta familiar como por ejemplo la torta de duraznos…
Heredamos la forma de educarnos y las costumbres que adoptamos de nuestros viejos. Además heredamos los modos y valores de ellos.
Herede ser atenta con los demás, y por ejemplo lo que hacemos es llamarnos para saber como esta el otro cuando llega a algún lugar y cuando se va....
Heredamos Deudas Económicas. Jajajaja!!!