martes, 23 de octubre de 2007

En busca del tesoro perdido

Por Gerda Timm

Una propuesta para recuperar aquello tan valioso para toda la sociedad: el diálogo entre las personas.

El hombre es por naturaleza un ser social y por lo tanto ha tenido siempre la necesidad de comunicarse. Sin embargo, los grandes avances que ha logrado a lo largo de la historia no se reflejan justamente en este campo. Tenemos grandes inventos, pero pocos fomentan la interacción y los vínculos, más bien intentan romperlos o quitarle su esencia: ¿es lo mismo un “te amo” a leer “T amo” en la pantalla del celular?
Los espacios en donde el diálogo se da de forma natural, saltando de un tema a otro, parecen haber desaparecido. Es por eso que valoro las infinitas charlas que se dan en los asados del domingo en la casa de mi abuelo, que comienzan con la picada y se extienden hasta el postre y después del cafecito. Seguramente muchos otros aún conserven esta tradición.
Pero, ¿Qué pasaría si las conversaciones salieran de las mesas y pasaran a otro lugar? ¿Qué pasaría si otros las escucharan? Bueno, creo que tengo la respuesta: surgiría un programa de radio llamado “De Boca en Boca”, la sobremesa hecha radio. Un nuevo espacio para recuperar aquello que parecía estar a punto de extinguirse.
Los almuerzos serán distintos, las mesas serán diferentes al igual que la gente que se sienta en torno a ella, pero hay algo que los iguala: compartir, charlar, debatir sobre aquellos temas que nos importan a todos y sobre los que cada uno tiene su propia opinión. Pero lo más enriquecedor es la posibilidad de transmitir las conclusiones a quien esté del otro lado del parlante. Es hacer sentir al que escucha que está compartiendo la sobremesa con quien habla.
Compartir con otras personas esta experiencia me hace sentir parte de la solución al problema de la incomunicación. Y aunque en un principio cuesta decir en voz alta lo que uno piensa, creo que el hacerlo le da el coraje a otros para que lo imiten. Una voz no cambiará al mundo, pero si todos se animaran a hablar… bueno, creo que ahí se darán los cambios. Después de todo, la única forma de que algo realmente cambie es poniéndonos de acuerdo y esto solamente se puede lograr a través del diálogo.
Lo interesante de este espacio que brinda el programa es que, al charlar y sacar conclusiones sobre algún tema en particular, nos damos cuenta de que todos pensamos muy parecido, más allá de la edad, de la carrera que estudiemos, del lugar en donde nacimos.Quizás este es el poder que tiene “De boca en boca”, poner en evidencia que en definitiva, todos tiramos para el mismo lado.

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